Piel transparentada

Intervenciones en el Espacio Arquitectónico.
Por Hermes Alvarado

Está claro que la arquitectura juega un papel fundamental en la vida humana. Posiblemente la arquitectura existe desde que existió el impulso primario de guarecerse del exterior. Así la arquitectura se genera en primera instancia como una cuestión utilitaria, pero la arquitectura es mucho más que eso.

Hay dos cuestiones fundamentales que regulan la existencia de la arquitectura.

1) Existe una relación bilateral —de pronto semi-inconsciente— entre la arquitectura y el ser humano.

La arquitectura es una actividad humana y por lo tanto su construcción responde a una serie de factores utilitarios, sociales, culturales, económicos, etc. El ser humano genera una arquitectura con un fin y una morfología específicos que debieran ser un resultado del análisis cultural y social del ámbito al que estará destinada dicha arquitectura. Así la arquitectura impone modos de uso y comportamientos a la sociedad a la que está destinada.

Por otro lado, la arquitectura construida es dinámica y también experimenta modificaciones de uso y morfología a través del tiempo. Dichas modificaciones vienen de la relación constante entre los usuarios y lo construido. Para que lo construido sea útil, sea cómodo, sea apropiado a un sector social específico, dicho sector modifica la arquitectura a su conveniencia.

Así tenemos una relación constante a través del tiempo donde la arquitectura modifica el comportamiento humano y a la vez la sociedad adapta lo construido a su conveniencia.

De ahí que la arquitectura es todo, menos estática. En la experimentación (de experiencia, no de experimento) de la arquitectura intervienen varias dimensiones: las físicas —ancho, largo, alto— y la temporalidad y todas vienen reguladas por la percepción humana. Así pues, ¿qué sucede entonces si esa clara pero ambigua relación entre ser humano y arquitectura, que es dinámica, se evidencia y se acentúa mediante una nueva dimensión que son los medios electrónicos?

2) La arquitectura es otra piel.

Todo ser humano posee un espacio mínimo personal que necesita resguardar del otro para definir su propia individualidad. Este espacio es físico y psíquico. La piel humana es lo que nos separa físicamente del exterior, pero nuestra percepción —visual, auditiva, táctil, electromagnética— define un espacio esférico que nos protege de la otredad.

Este espacio físico-perceptivo, si lo ampliamos, se convierte finalmente en arquitectura, puesto que define una métrica y una morfología que van más allá de la simple utilidad. Así pues la arquitectura es una piel más externa, cuya temporalidad es mucho más lenta que la de nuestra propia experiencia y su escala es mucho mayor.

Ahora bien, surge así otra pregunta ¿pueden los medios tecnológicos ayudarnos a evidenciar, registrar y acentuar esta relación del ser humano con una arquitectura que no es más que otra piel con otra escala y temporalidad?

Los medios electrónicos pueden funcionar —y han funcionado ya, tomando en cuenta la obra de Rafael Lozano-Hemmer— para evidenciar, registrar, acentuar, acotar e incluso modificar esa relación entre humano y arquitectura.

Actividades humanas modificadas en el uso de un espacio determinado y su registro como un inmenso mar de partículas desplazándose de forma aleatoria sobre una superficie tridimensional.

Acotando entonces, mi investigación pretende abordar los medios electrónicos como exploración de lo que sucede entre los grupos de personas y un edificio específico. Por un lado creo que Guanajuato es un lugar ideal por su característica principal de peatonalidad y su distribución a través de espacios públicos abiertos en los que en un momento dado pueden reunirse una gran cantidad de personas.

Pretendo además evidenciar la arquitectura como una piel y "transparentarla" utilizando dichos medios electrónicos, generando "vanos electrónicos" que nos muestren lo que sucede tanto en el interior como en el exterior, y jugar con las reacciones de los usuarios y que incluso dichos usuarios sean capaces de alterar de algún modo esa relación interior-exterior / humano-arquitectura y registrar esas reacciones.

Por otra parte, los resultados de esas relaciones registradas pudieran generar un espacio más, pero este sintético y alojado en la red, generando a su vez una nueva interacción con otro tipo de usuarios.